Cada vez son más comunes los trasvases entre contenidos orientales y occidentales en las plataformas de streaming, siempre en busca de conquistar a una audiencia global. Tras su éxito mundial, La casa de papel tuvo en Netflix una versión coreana. Y El juego del calamar se convirtió en un concurso estadounidense que recreaba las pruebas de la serie. La industria cultural apuesta cada vez más por crear un único contenido híbrido, a menudo inspirado en la literatura, con el que seducir a ambos mercados. Lo han hecho con series como Shogun, desde este martes al completo en el catálogo de Disney+, El simpatizante, Tokyo Vice (ambas en HBO Max) y Pachinko (Apple TV+).