Donde hay bichos hay vida, donde no, hay pesticidas

Donde hay bichos hay vida, donde no, hay pesticidas

Dejamos por fin atrás un invierno bastante parecido a los de toda la vida, por mucho que ahora nos pretendan trasladar que los inviernos ya no son inviernos. Siguen siendo fríos en enero, y en febrero secos, y en marzo ventosos, y en abril lluviosos. Olas de heladas intercaladas con otras templadas. O sea, como ha sido siempre el invierno, y como es la primavera, con su pólenes, gramíneas y alergias detestables.

Se nota que está aquí la primavera por cómo se ponen hasta arriba los viveros vendiendo plantas, flores y tomateras. Buena costumbre la de plantar tomates si puede uno tener un macetero a mano. Se han generalizado los huertos caseros, y está bien. Donde esté un tomate de verdad, de esos que saben a tomate, que se quiten los de los expositores, bien grandes, redondos y colorados. Tan grandes cómo arenosos o zapatudos. Tienen un aspecto formidable pero el resultado es lamentable.

De ahí que aplaudamos los esfuerzos en pro de la agricultura doméstica. Dicen algunos que es que los tomates y las manzanas no industriales son feos y tienen bichitos. A veces tienen, sí, pero hay que saber que donde hay bichitos hay vida, y donde no, hay pesticidas. Y los pesticidas son lo peor.

Hay manzanas en los expositores con una apariencia perfecta, pero después resulta que saben a poco. Claro, desde el árbol llegan a un almacén de atmósfera controlada, donde se interrumpe la maduración por medio de químicos y bajas temperaturas. Después van en camiones frigoríficos hasta un centro de distribución para provocarles allí una maduración artificial mediante químicos, enzimas e irradiación antibacteriana.

El resultado son manzanas vistosas, pero poco sabrosas, que de naturales apenas conservan el nombre. Claro que igual son transgénicas con gen de sabor incorporado. Estamos salvados.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *