La economía europea surca aguas procelosas. Afronta serios problemas de competitividad por los mayores costes de la energía, ha quedado rezagada en el campo de la innovación y la tecnología, y padece una crisis de modelo industrial. El horizonte puede incluso empeorar si Donald Trump gana las elecciones, impone medidas proteccionistas y deja a Europa desasistida en Ucrania. En este contexto preñado de malos presagios, la UE ha encargado al expresidente del BCE y ex primer ministro de Italia, Mario Draghi, que elabore un informe sobre la competitividad europea. Esta es la cuestión que preocupa ahora a las autoridades del continente.