El estallido del movimiento #MeToo en 2017 y la caída de un peso pesado de Hollywood como Harvey Weinstein provocó, en no pocos rincones de la industria, un efecto dominó que acabó con las carreras de poderosas figuras vistas, hasta ese momento, como intocables. También en la televisión. El productor, guionista y actor Dan Schneider había sido una pieza clave, desde la serie Todo eso y más (1994), para que el canal infantil y juvenil Nickelodeon construyera su propio Hollywood en miniatura, con sus propias estrellas preadolescentes, su propia ceremonia de premios (los Kids’ Choice Awards) y una amplia oferta de ficción y entretenimiento.