La glucosa, o el nivel de azúcar que se encuentra en la sangre, es fundamental para el buen funcionamiento del organismo. Al igual que la grasa, la glucosa es una de las fuentes de energía del cuerpo en forma de carbohidratos. Este componente, que constituye el carbohidrato más simple, es un monosacárido, como también lo son la fructosa, la galactosa y la ribosa. El azúcar en sangre se debe mantener en unos niveles recomendables (entre los 70 y 100 mg/dl en ayunas y en menos a 140 mg/dl dos horas después de cada comida).
¿Cómo procesa la glucosa el metabolismo?
Algunos alimentos con alto contenido de carbohidratos, como el pan, las frutas, los vegetales o los productos lácteos, contienen azúcares que, al ser ingeridos, son transformados por el metabolismo en glucosa. Cuando la insulina, la hormona que libera el páncreas como respuesta a la presencia de glucosa, no funciona correctamente, las células de los tejidos dejan de asimilar el azúcar y pasa a acumularse en la sangre.
El problema comienza cuando los niveles de glucosa entran en un estado prediabético, que se produce cuando el azúcar en sangre se sitúa entre los 100-125 mg/dl en ayunas y entre los 140-199 mg/dl después de las comidas. Ya la enfermedad crónica de la diabetes aparece cuando la glucemia supera los 126 mg/dl en ayunas y los 200 mg/dl dos horas después de las comidas. Por encima de estos valores, la persona puede entrar en un coma diabético si no recibe el tratamiento médico adecuado.
La solución para evitar estos picos altos de glucosa se encuentra en realizar ejercicio físico cada día, mantener una alimentación equilibrada rica en fibra, proteínas y grasas saludables, además de evitar consumir carbohidratos refinados y procesados. También, los especialistas en dietética y nutrición recomiendan consumir algunos alimentos específicos que ayuden a reducir el azúcar en la sangre a los niveles óptimos.
Un fruto seco con saludables propiedades nutricionales
Uno de estos alimentos es el pistacho, un fruto seco que puedes añadir a los platos que se elaboren para el desayuno, la comida o la cena. Su origen está entre Asia Occidental y Asia Menor, aunque su cultivo se introdujo en España durante la época romana para ser consumido por las clases sociales privilegiadas. Los árboles que aportan este fruto fueron talados durante la Edad Media por los moriscos, pero la reintroducción del cultivo se produjo hacia 1980. Este fruto seco, entre sus ventajas nutritivas, tiene un índice glucémico bajo, en torno a 15.
Según una investigación realizada por el Centro de Nutrición Clínica de Toronto, los alimentos con un índice glucémico bajo, como el pistacho, ayudan a prevenir los picos altos en los niveles de azúcar en sangre. Puedes consultar su composición nutricional en el siguiente enlace.
