Estudios

Estudios

Antes, cuando estudiaban ciertos protagonistas políticos actuales, aprobar curso en el instituto o la universidad era algo serio. Muchos cateaban 7 asignaturas para septiembre, ¡suspendían hasta el recreo, donde se portaban como cabras montesas!… Lo cual, que les ponían una nota de mal o buen comportamiento en la hora de esparcimiento que condicionaba el aprobado de alguna asignatura que tuviesen «dudosa». El Cou era un Rubicón dificilísimo de cruzar. Yo, verbigracia, estudié la asignatura de Física de Cou con un abstruso manual creado para el 2º año de la carrera de Ciencias Físicas en la universidad. La Filosofía era respetable, y necesitabas ser Hipatia de Alejandría para obtener una nota medianita de 6. El marxismo te salía por las orejas si conseguías aprobarla. La Selectividad, como su nombre indica, dejaba a muchos sin poder matricularse en una Facultad, o bien tenían que hacerlo en estudios que no deseaban, así que empezaban una carrera, cursaban tres años, y luego con suerte podían hacer «cursos puente» para saltar a su preferida.

Ha cambiado tanto la enseñanza que, comparar los méritos necesarios hoy para graduarse con los que se requerían hasta que comenzaron las reformas educativas…, es un ejercicio hiriente. Ahora, matriculas a una seta en Altos Estudios de Puturrú y, a los cuatro años (no cinco, como las licenciaturas de antes) la tendrás graduada en cualquier chorrada cuyo título le servirá para presumir: «¡Soy una seta universitaria!», justo antes de postularse para sexadora de aguacates del supermercado de un barrio a cincuenta kilómetros del hogar de papá, donde la seta precarizada reside porque ahorra gastos y la alternativa es compartir piso con unos colegas malolientes por el precio mensual equivalente al pago del rescate del secuestro de una mascota de Paris Hilton.

Total: extremadamente curioso que grandes protagonistas de la escena pública nacional hayan tenido –cuando las cosas no eran fáciles–, problemas con los estudios. No es necesario dar nombres, desde mandamases holistas a abogados que estudiaron en la cárcel estando presos. ¡Para que luego digan que, si «padeces» fracaso escolar, no serás nada en la vida! En política –reino de las segundas oportunidades–, podrás llegar a lo más alto, vengándote sobre las vidas de millones que aprobaban en junio.

Please follow and like us:
Pin Share