Fin del misterio de las pulseras gemelas de la Reina Letizia

Fin del misterio de las pulseras gemelas de la Reina Letizia

Todas las personas aficionadas a las joyas de la Corona española podrían recitar de memoria el conocido «lote de pasar», es decir, ese juego de piezas que dejó la Reina Victoria Eugenia en herencia para las mujeres destinadas a ser reinas de nuestro país. La mujer de Alfonso XIII quería configurar un joyero básico para la consorte, ya que los tesoros de la Corona, al ser de propiedad privada, no tenían un sentido de Estado. Así, debió de pensar, todas las reinas podrían contar con un «kit básico» de joyería al más alto nivel.

La tiara de la flor de lis o la perla peregrina son alguna de estas piezas, entre las que también se encuentran las famosas pulseras gemelas. Se trata de dos idénticos brazaletes de diamantes que son, posiblemente, las dos piezas más modernas del lote de pasar. Su origen lo encontramos en una coronita que Alfonso XIII le entregó a su mujer como uno de los regalos de boda, en 1906. Ansorena fue la joyería responsable de crear este diseño (y algunos más) de tocado muy a la moda en ese momento y que la consorte lució durante su vida como reina en los momentos más formales, como fueron las aperturas del Parlamento.

La corona, de apenas siete centímetros de diámetro y unos doce de altura, estaba configurada con una base de esmeraldas, rubíes y diamantes, y contaba con varias diademas que concluían en un orbe y una cruz. Con esta pieza la Reina fue retratada en 1925 por Fernando Álvarez Sotomayor.

Como parte del joyero real, la corona acompañó a su propietaria al exilio y, una vez terminada la Guerra Civil, cuando quedó claro que la Monarquía no regresaría a España y, más aún, cuando falleció su marido, el Rey Alfonso XIII en Roma en 1941, la Reina no tuvo dudas de que no volvería a necesitar los servicios de esta pieza tan oficial y decidió transformarla.

Durante muchos años se ha dicho que la casa encargada de realizar esta tarea fue Cartier. De hecho, incluso se ha llegado a afirmar que la coronita también fue creada por la maison francesa. Pero lo cierto es que ni fueron los autores, ya hemos referido que fue Ansorena, ni se encargaron de la modificación. En 1935, la Infanta Beatriz, hija mayor de Victoria Eugenia, contraía matrimonio con Alessandro Torlonia, Príncipe de Civetella-Cesi. Poco después de los esponsales, este llevaba a la joyería Bulgari algunos de los presentes que había recibido su mujer para realizar varias modificaciones. Entre ellos estaba el juego de aguamarinas con el que la Reina le había obsequiado. La casa romana diseñó una nueva diadema que es la que hoy en día pertenece a Sybilla de Luxemburgo. Este, al parecer, fue el primero contacto que tuvo Ena, como era conocida cariñosamente la mujer de Alfonso XIII, con la firma italiana y, al parecer, solo fue el inicio de una bonita amistad.

David Rato, especialista en las joyas de la Corona española y autor del perfil de Instagram Spanish Royal Jewels, corrobora esta teoría: «Tengo la evidencia y puedo confirmar tanto que la coronita no fue creada por Cartier, como que fue Bulgari la encargada no solo de hacer esas dos pulseras con esas piedras, sino una más». Lo que no queda tan claro es cuándo decidió la Reina desmontarlas. Si atendemos a la historia, tendría sentido que tomara esa decisión una vez fallecido Alfonso XIII y viendo que la Casa Real no regresaría a España en mucho tiempo. Sin actos oficiales donde lucirla, para qué conservar una corona pensada para los eventos de Estado. Así que eso nos llevaría a 1941, cuando el Rey fallece en Roma. Seguramente, Victoria Eugenia no pensara en ponerse a modificar joyas en plena II Guerra Mundial. Fue a partir de finales de esa década cuando la coronita pasó a mejor vida.

Un hito del diseño

Si tenemos claro que Bulgari fue la encargada de realizar la transformación de la corona… ¿qué diseño escogió para esas pulseras? A primera vista, está claro que poco tiene que ver con los diseños Art Decó que realizó la casa durante los años treinta. Y si nos fijamos, podemos ver lo que podrían ser dos sinuosas cintas que se destacan entre un mar de diamantes.

La firma Bulgari es conocida por algunos diseños icónicos, como es el caso del modelo Serpenti. Ahora, vuelvan a fijarse en las pulseras: ¿no ven en ellas dos serpientes que navegan en un mar de diamantes? Conociendo la afición de Victoria Eugenia por la joyería, no podría resultar raro que las gemelas que hoy en día se han convertido en una de las joyas favoritas de Doña Letizia fueran, a lo mejor, uno de los primeros ensayos que hizo Bulgari del Serpenti. Nuestra Reina sería poseedora de un pequeño tesoro de la historia del diseño, haciendo así de las joyas de pasar un lote con un mayor significado del que podríamos haber pensado en un primer momento.

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