La Generalitat valenciana ha presentado este martes el plan VIVE que tiene como objetivo construir 10.000 viviendas sociales hasta 2027. Se trata de un compromiso adquirido desde la campaña electoral con el que se quiere garantizar el acceso a la vivienda tras unos años en los que los precios, tanto de alquiler como de compra, han subido de manera imparable en toda la Comunitat, pero con mayor intensidad en las grandes ciudades. “El precios de alquiler ha subido un 90,5 en legislatura y el de compra 48 por ciento”, ha afirmado el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón. Dos circunstancias provocadas en parte con el “colapso del parque público, que se ha mostrado insuficiente”.
La vicepresidenta y consellera de Vivienda, Susana Camarero, ha afirmado que gran parte de las viviendas sociales están habitadas por inquilinos sin títulos, okupas y personas que no pagan sus rentas. “La vivienda ha pasado de ser un derecho a ser un problema provocando vulnerabilidad, trabajadoras que no pueden acceder a una vivienda”.
El plan se basa en la movilización del suelo municipal existente y en la colaboración de la empresa privada para la construcción de las viviendas y también de las entidades financieras. Las nuevas construcciones, además, pretenden completar los núcleos urbanos existentes, sin necesidad de promover nuevas reclasificaciones de suelo.
(Seguirá ampliación)
