La sabiduría del nacionalismo vasco

La sabiduría del nacionalismo vasco

Xavier Arzallus recogió las nueces que caían del árbol agitado por ETA. Los terroristas se jugaban la vida, sufrían cárcel, encontraban el rechazo de la opinión pública, la repulsa de media Europa. Arzallus saboreaba las nueces con especial regocijo.

Parece probable que el domingo se produzca una rotunda mayoría independentista en el País Vasco. Pero el PNV y Bildu apenas hablan de independencia. Es un árbol peligroso que queda al manejo de Cataluña. Si un día los secesionistas catalanes consiguieran su objetivo, el PNV se precipitará para recoger las nueces, estableciéndose en la independencia sin sobresaltos ni juicios ni presos ni violencias. Si se repitiera el fracaso del secesionismo catalán, el PNV permanecería en su lugar de descanso disfrutando en mayor o menor medida del poder político en las provincias vascongadas. Claro que ahora existe un factor incontrolado: el de los herederos de la banda terrorista ETA. Son pocos los observadores capaces de apuntar la acción inmediata de Bildu, rechazado en el País Vasco por el PSOE sanchista, pero cultivado con delectación por Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados.

El PNV no habla de independencia. Que se fajen los secesionistas catalanes. Que tallen otros. Tuve almuerzos varios en mi despacho del ABC verdadero con Xavier Arzallus. Tal vez no haya conocido yo una inteligencia más clara en la política española. Ni cinismo más grande. Ni más insólito vocabulario. Aquel hombre de modales pausados huía de cualquier exposición. Eso quedaba para los presos etarras y para la extrema izquierda catalana. La guerra civil le había enseñado muchas cosas. Se mantuvo hasta su muerte como un jesuita laico que actuaba desde la superioridad intelectual contando con la mediocridad de los otros. Pero no era racismo, era pedantería.

Tanto el PNV como Bildu son radicalmente independentistas. Pero está claro que los peneuvistas dejarán a los catalanes batirse el cobre. Cuando caiga la primera ficha de dominó, si es que algún día cae, ellos serán la segunda y el País Vasco se proclamará independiente sin sufrir las consecuencias que zarandean en la hora presente al prófugo Carlos Puigdemont y a sus compinches. Mientras tanto el inagotable árbol del cinismo seguirá produciendo las más suculentas nueces. Las nueces del poder.

Luis María Anson, de la Real Academia Española.

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