Mark Knopfler (Glasgow, 74 años) espera paciente en un reservado del Bluebird, un elegante restaurante y bar del barrio londinense de Chelsea. Bebe un café con leche; viste de oscuro; la cabeza, completamente rapada. Hay una mezcla de escepticismo, resignación y curiosidad ante la milésima entrevista que concede a lo largo de tantos años de trayectoria musical. Cien millones de discos vendidos en todo el mundo al frente de la banda Dire Straits. Una fortuna personal acumulada de casi noventa millones de euros. Y la certeza de ser una leyenda de la música rock. La mirada, la voz (sobre todo la voz) y la ironía le convierten de inmediato en alguien muy cercano.