Meliá, la primera hotelera española por número de habitaciones (90.916 al cierre de 2023), se ha visto beneficiada por la reactivación explosiva del turismo y cerró el pasado ejercicio con una facturación, un resultado de explotación y un beneficio neto en 2023 superiores a los de 2019. Unas cifras que le han permitido dar por cerrada la austeridad impuesta desde la pandemia y que le han llevado a proponer en la próxima junta de accionistas, que se celebrará el próximo 9 de mayo, un incremento de la remuneración, congelada desde 2019, del consejero delegado, Gabriel Escarrer Jaume, y de los restantes diez miembros del Consejo de Administración.
Willis Tower Watson ejerció como asesor para revisar el salario de Escarrer
La Comisión de Nombramientos, Retribuciones y Sostenibilidad de Meliá, que es la que ha realizado la propuesta para revisar el esquema retributivo del consejero delegado de la compañía, contó para su elaboración con el apoyo de Willis Tower Watson (WTW), empresa especializada en prestar asesoramiento sobre retribución de altos directivos. WTW elaboró, a petición de la Comisión, un benchmarking en el que se tuvieron en consideración empresas comparables del sector turístico (IHG, Ryanair, IAG, Easyjet o NH) o de otros sectores que coticen en bolsa, como Logistra, Indra, CIE, Acerinox o Applus.
Gabriel Escarrer Jaume cobró el año pasado 1,363 millones en metálico, con 761.000 euros para su sueldo y 533.000 euros para su retribución variable a corto plazo. A ese concepto hay que añadirle 104.000 euros devengados en otras sociedades del grupo, 76.000 euros por la remuneración por sistemas de ahorro y 9.000 euros por otros conceptos. En total percibió 1,552 millones, todavía muy por debajo de los 2,615 millones de 2019.
