Nueva/vieja novela de Iribarren

Nueva/vieja novela de Iribarren

He conocido al gran escritor navarro, Manuel Iribarren, a través de otro, Daniel Ramírez García-Mina. En efecto, gracias a Dani, amigo y compañero en Más de Uno en Onda Cero, he podido disfrutar de El miedo al mañana, la obra de Iribarren escrita a finales de los años 1960 y que ha permanecido inédita hasta ahora, cuando ha visto la luz en la Editorial Berenice.

Apuntó sobre Iribarren en LA RAZÓN Jesús Ferrer Solà: «Perteneciente a la generación de 1936, su narrativa supone una conseguida renovación del realismo tradicional al incentivar los resortes psicológicos de los personajes y el marco social en el que actúan. Galardonado con el Premio Nacional de Literatura en 1965, fue también, bajo la influencia de Jacinto Benavente, un reconocido dramaturgo». Grandes figuras de nuestra literatura lo apreciaron, desde Baroja hasta Delibes, pero cayó en un olvido de cuya injusticia es prueba cabal esta gran novela.

En una ciudad de provincias transcurre la vida del protagonista, un señor soltero y cincuentón que se llama Valentín, pero es cualquier cosa menos valiente.

Un rentista, que nunca ha trabajado, dilapida su herencia en unas malas inversiones bursátiles. Cuenta una y otra vez el dinero que le queda, angustiado por lo que le deparará el destino cuando se le acabe. Rememora con desazón su vida, que ha sido básicamente egoísta y estúpida.

Apenas realiza solo un débil y fugaz intento de buscar un empleo, pero sin entusiasmo, achantándose ante la primera dificultad: «Tampoco realizó ninguna gestión para colocarse, ni visitó a persona alguna conocida con influencia y prestigio en la ciudad –tenía una larga lista de ellas». Concibe, como si fuera una conclusión puramente lógica, la alternativa de robar: «La empresa –el atraco– ofrecía sin duda grandes riesgos, pero su realización, examinada a sangre fría, no la encontraba tan difícil. ¡Más difícil era para él –por lo menos eso creía en su abúlica inacción– ganar dinero por medios lícitos!».

Acobardado ante un incierto futuro, como reza el título de la obra, se precipita en una espiral de remordimiento que transmite un mensaje que, en contraste, resulta profundamente liberal, sobre los valores y los sentimientos, la familia y la religión cristianas, y la nobleza de quienes se esfuerzan para salir adelante en la vida y ganarse el sustento honradamente, justo lo que Valentín es incapaz de hacer.

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