¿Preparados para pagar mil millones por descuidar la salud cerebral?

¿Preparados para pagar mil millones por descuidar la salud cerebral?

Jorge Sepulcre, profesor asociado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, y nacido en Elche, decía hace tiempo en una conversación con LA RAZÓN que «todo lo que hagamos por la salud del corazón mejora el estado de nuestro cerebro». Pero, ¿sabemos cuánto cuesta pasar por alto la salud de este órgano?

Un equipo internacional de expertos de la Asociación Europea de Neurología (EAN) lo ha investigado. El saldo es de más de mil millones de euros, solo para Europa. Estos neurólogos han publicado los resultados de su trabajo en la revista científica «The Lancet Neurology», y han sopesado la situación en un encuentro científico que celebran cada año bajo el título «Cumbre de la salud cerebral» (Brain Health Summit) y en su último congreso anual, celebrado recientemente en Helsinki (Finlandia).

Considerando el mundo entero, en el año 2021 había más de 3.000 millones de personas que vivían con alguna enfermedad cerebral. Son datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha contribuido al análisis general de la situación en el «Estudio sobre la Carga Mundial de Morbilidad, Lesiones y Factores de Riesgo (CMM) de 2021».

De acuerdo con este organismo internacional, las enfermedades neurológicas son ya a fecha de hoy la primera causa de enfermedad y discapacidad en todo el mundo.

De hecho, según sus datos, la carga de discapacidad, enfermedad y muertes prematuras, que en la jerga médica se conoce como DALY (años de vida –perdidos– ajustados por la discapacidad), asociada a las enfermedades del cerebro ha aumentado un 18% desde el año 1990.

Más del 80% de los casos de muerte y mala salud por motivos neurológicos se producen en países de ingreso bajo y mediano, y el acceso al tratamiento es muy variable. Así, los países de ingreso alto tienen hasta 70 veces más profesionales neurológicos por cada 100.000 habitantes que los países de ingreso bajo y mediano.

Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, ha advertido que «las enfermedades neurológicas causan un enorme sufrimiento a los individuos y las familias a las que afectan, y privan a las comunidades y a las economías de capital humano».

En su opinión, el estudio publicado recientemente en la revista científica de «The Lancet Neurology» debe servir de «llamada de atención para actuar urgentemente» y conseguir que las personas que viven con estas enfermedades, un número cada vez mayor, tengan «acceso a la atención, el tratamiento y las medidas de rehabilitación de calidad que necesitan».

El director general de la OMS también ha dicho que «es más importante que nunca asegurarse de que se entiende la importancia de la salud cerebral, que esta se valora y se protege, desde la infancia hasta etapas más avanzadas de la vida».

Claudio Bassetti, que ha sido presidente de la EAN, aprovechaba la cumbre de la sociedad científica para referirse a la factura de las enfermedades neurológicas como «impresionante»: está por encima del coste combinado de la diabetes y el cáncer, ha puntualizado el experto.

La cifra obtenida por el estudio de la Asociación Europea de Neurología es la primera que tiene en cuenta un amplio espectro de enfermedades (37 en total), y los expertos opinan que es la prueba definitiva de que la carga (y la factura) de estas enfermedades se ha subestimado. Pero van más allá.

Bassetti, por ejemplo, ha querido matizar que esos datos «ni siquiera tienen en cuenta el impacto de las alteraciones del sueño ni las secuelas neurológicas de la pandemia de covid-19».

Si se tienen en cuenta las enfermedades mentales, que también son enfermedades del cerebro, las estimaciones siguen quedándose cortas.

Es la idea de Peter Falkai, también neurólogo y antiguo presidente de la citada Asociación Europea de Neurología, que se ha referido a las enfermedades mentales y a las patologías neurológicas como «dos caras de una misma moneda».

Por otro lado, la OMS ha llamado la atención sobre el balance positivo de ciertas intervenciones preventivas sobre la salud neurológica: la carga de enfermedad debida a otras condiciones que pueden prevenirse se ha reducido en un 25% o más durante el periodo sujeto a estudio.

Prevención

Son las ventajas de aprovechar el potencial de las vacunas, las mejoras en la calidad de la atención sanitaria y de la actividad investigadora, que se han traducido sobre todo en menores tasas de complicaciones neurológicas de enfermedades como el tétanos, la rabia, la meningitis, los defectos del tubo neural, el ictus, las infecciones por parásitos, la encefalitis y las lesiones cerebrales en recién nacidos, entre otras muchas.

Los investigadores de la EAN han identificado 20 factores de riesgo modificables que pueden ayudar a cortar el paso a las enfermedades que afectan al cerebro, como el ictus, la demencia y la discapacidad intelectual idiopática (de causa indeterminada).

Los dos más importantes son el control de la presión arterial sistólica y la reducción de la exposición a elementos contaminantes en el entorno y en el domicilio. Combinados, estos factores podrían reducir en un 84% los años de vida ajustados por discapacidad causados por infartos cerebrales.

También han calculado que reducir la exposición al plomo podría hacer bajar la carga de discapacidad intelectual idiopática (aquella que no tiene una causa conocida) en un 63,1%.

A su vez, controlar los niveles de glucosa plasmática en ayunas podría hacer, según la OMS, que la carga de la demencia se redujera en un 14,6%.

El consumo de tabaco impacta en varias enfermedades a la vez. Abandonar este hábito supone menor riesgo de demencia, ictus y esclerosis múltiple, si nos ceñimos a las del cerebro.

En Europa, las enfermedades neurológicas son la tercera causa de enfermedad. De nuevo, cuando los expertos de la EAN hacen referencia a ellas recuerdan que hay dolencias neurológicas muy comunes (frecuentes) como el síndrome de piernas inquietas (5% de la población) que no están incluidas en la base de datos que se ha empleado para este cómputo.

Además de los pacientes, los especialistas han contabilizado cuántos profesionales existen en Europa. A fecha de hoy hay aproximadamente 85.000 neurólogos ejerciendo en el Viejo Continente. Uno por cada 10.000 es el promedio, pero la proporción varía enormemente, desde un neurólogo por cada 2.500 pacientes hasta uno por cada 46.000, advierten.

En el balance general de la situación actual, los neurólogos indican que más de la mitad de la población europea (aproximadamente el 60%) sufre alguna enfermedad neurológica, y que 85.000 expertos para atender a una población de 900 millones de personas es claramente insuficiente por sí mismo, pero también cuando se compara con la disponibilidad de especialistas en otras regiones del mundo.

La idea es, además de ofrecer información más próxima a la realidad, proponer medidas para mejorar la situación. Desde la EAN, un grupo de trabajo constituido en 2021 se ocupa de esta tarea con el apoyo de su actual presidente, Paul Boon.

En el momento de celebrarse el congreso anual de los expertos europeos en Neurología, el pasado mes de junio, el comité científico ha destacado la aportación de su colaboración con los cardiólogos, en línea con lo que decía Jorge Sepulcre sobre la estrecha relación entre la salud del corazón y la del cerebro.

La propia EAN y la Sociedad Europea de Cardiología (ESC, por sus siglas en inglés) están trabajando para promover la salud de ambos órganos partiendo de los factores de riesgo que pueden modificarse y estimulando políticas de prevención para mejorar la salud de toda la población europea.

Enfermedades ”culpables”

Las principales enfermedades neurológicas (en términos de carga) son el ictus (infarto cerebral), la encefalopatía neonatal (lesiones cerebrales), la migraña, la demencia, la neuropatía diabética (daño neurológico provocado por la diabetes), la meningitis, la epilepsia, las complicaciones neurológicas de los partos prematuros, los trastornos del espectro autista y el cáncer que afecta al sistema nervioso.

De todas ellas, la neuropatía diabética es la enfermedad que está aumentando a un ritmo más acelerado. En concreto, se ha triplicado entre los años 1990 y 2021, hasta alcanzar los 206 millones de personas hace tres años. Este incremento está en consonancia con el que ha registrado la diabetes a nivel mundial. Otras condiciones, como las complicaciones neurológicas de la covid no existían previamente. El último año del cual hay registro había más de 23 millones de personas viviendo con ellas.

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