No se puede decir que a la Comunidad del Cordero, una orden perteneciente a los Dominicos, le haya ido mal en su vocación mendicante. Desde que hace 15 años llegaron a Madrid desde Francia, la siete “hermanitas”, como así se describen en su web, han vivido hasta ahora en la capilla del Obispo, un impresionante monasterio del siglo XVI ubicado la Plaza de la Paja declarado Patrimonio nacional y ahora se preparan para mudarse a un lugar más amplio en el barrio de Usera. Si la protesta vecinal que ha provocado su llegada no lo remedia, ellas ocuparán el solar frente al metro Almendrales que les ha regalado el Ayuntamiento de Madrid. En plena crisis inmobiliaria en la capital, con uno de los metros cuadrados más caros de Europa, cuando se termine de construir el monasterio, cada monja tocará a 500 metros cuadrados por cabeza junto al río Manzanares.