En una de las escenas iniciales de La seducción (Reservoir Books, 2024), la última novela de Sara Torres, dos mujeres que acaban de encontrarse, y que según anticipan los correos electrónicos que llevan tiempo intercambiando están destinadas a convertirse en amantes, comprueban que la relación que cada una mantiene con su respectivo teléfono (y, por lo tanto, con internet) no se parece en nada a la de la otra. Un pequeño gesto con este dispositivo permanentemente conectado, como es la grabación de un momento intrascendente, basta para generar la primera situación de tensión entre las protagonistas, que en ese momento también se dan cuenta de que pertenecen a generaciones distintas.