Algunas cosas nunca cambian. Por ejemplo, la mala uva de Daniil Medvedev cada vez que pisa la tierra batida, superficie que le provoca alergia y que, con más frecuencia de la que a él le gustaría, también le saca da sus casillas. Sucede este jueves en Montecarlo, donde dos días antes sorteó la primera ronda, pero no esta segunda. Inclinado ante su compatriota Karen Khachanov (6-3 y 7-5), antes de retirarse al vestuario hace de las suyas: lanza la raqueta violentamente contra la lona del fondo y, tras ser amonestado, enfoca su ira en el juez, el brasileño Carlos Bernardes. A grito pelado, protesta también en presencia del supervisor de la pista: “Ayer la pelota era mala, y se cantó buena; esta vez también ha sido mala… ¿Quién asume la responsabilidad? ¡No es mi responsabilidad arbitrar los partidos! ¡Abre los ojos!¡Abre los malditos ojos! ¡Haced algo, era fuera!”.